miércoles, 16 de diciembre de 2009

Vigilar y castigar

Escribe Zenón Depaz Toledo
Diario La Primera (15 de diciembre de 2009)

En lo que parece considerar su más destacable medida con relación al próximo año escolar, a juzgar por el énfasis en su anuncio, el ministro de Educación, José Antonio Chang, ha notificado que castigará drásticamente a los responsables de los colegios que se denominen preuniversitarios, encargando la severa vigilancia de tan trascendente disposición a las unidades de gestión educativas locales y direcciones regionales de educación en todo el país. Como si cambiando las palabras cambiara la realidad.

Y, seguramente, dejarán de llamarse así, no les faltará algún sinónimo del cual echar mano para no mellar tan solemne disposición (como ciertas “universidades”, para no abrir “filiales” y no contravenir con ello la ley, abren “sedes” o “centros académicos”); al fin y al cabo se especializan en prácticas intensivas de sinónimos, antónimos, analogías y demás ítems usuales en los exámenes de admisión universitaria, con lo que afianzan su demanda entre los atribulados padres de familia que, a diferencia de las despistadas autoridades del citado ministerio, sí se dan cuenta de que toda la educación básica en nuestro país tiene como obsesiva meta única la universidad y actúan en consonancia con ello, al igual que los dueños de las universidades privadas con fines de lucro y múltiples filiales, entre los que hay que contar, en primer lugar, al propio ministro de Educación.

En un medio con una educación básica así sesgada en cuanto a sus fines, los usuarios de los colegios “preuniversitarios” hacen la elección más conveniente, y la curiosa prohibición del nombre no los inhibirá de ello. Más aún cuando notan en los directivos de aquellos colegios algunas decisiones igualmente convenientes atendiendo a resultados educativos, como preferir para la docencia en el nivel secundario, más que a los egresados de facultades de educación, las mismas que se cuentan entre las unidades académicamente más deleznables del ámbito universitario (aunque aquel ministerio les otorgó en exclusiva la capacitación docente, con los pobres resultados a la vista), profesionales de otras áreas académicamente más solventes, como matemáticos, historiadores, biólogos, físicos, economistas, lingüistas, filósofos o geógrafos, los cuales difícilmente hallarían acogida en el sector público.

Tal vez por ello, pese a todas sus deficiencias, aquellos colegios logran sorprendernos con pequeños campeones mundiales de matemáticas, mientras en el sector público los resultados en esta disciplina son deplorables. Ojalá los que anuncian esta inconducente política de sólo vigilar y castigar se percataran de que algo podrían aprender de aquella experiencia cuyo balance creen eludir con el inocuo expediente de prohibir nombres, que a su pesar dejará la realidad tal cual.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Indulto vergonzoso

Diario El Trome; Pico TV; 14 de diciembre de 2009
Definitivamente, con el 'indulto' presidencial a José Enrique Crousillat, Alan García se quitó la careta. Demuestra que le interesa un pepino luchar contra la corrupción y, por el contrario, 'premia' a poderosos que 'robaron' (porque aceptar los millones que Vladimiro Montesinos esquilmaba al Estado los convertía en compinches del 'Doc) con un indulto 'humanitario' que es un escándalo en materia judicial. En el país hay decenas de ancianos que se pudren en las cárceles atacados por el cáncer, el Sida, sin posibilidades de una atención médica. Si el Presidente pregona tanta humanidad, ¿por qué no se acuerda de ellos y los indulta por Navidad? Resulta indignante que el expediente del mafioso llegara con la rapidez de un cometa al despacho de Alan. El pueblo no debe olvidar que Crousillat cobró ¡69 millones de soles del erario nacional! para prostituir a América TV y poner nauseabundos programas como los de Laura Bozzo y 'La revista dominical', donde se difamó vilmente para que Fujimori y Montesinos continúen en el poder . Crousillat no solo huyó como las ratas a Argentina y mantuvo una vida de rico hasta que la Interpol lo trajo de la cola. Nunca se escuchó un arrepentimiento sincero de este individuo, por eso los jueces los condenaron a ocho años de cárcel efectiva. Sin embargo, desde hace dos años, no estaba en ningún penal como muchos pueden pensar.


Aquejado de unos supuestos 'males', se encontraba en las perfectas manos de un equipo de médicos en una clínica privada con todas las comodidades, ¿de dónde, García, concede un indulto 'humanitario' a un tipo que no esperó ni un día y salió caminando de la clínica y anuncia que viajará a Argentina para 'trabajar produciendo telenovelas' (sic)? Esto es un escándalo, por esto se pueden armar motines en los penales y no les faltaría razón. En cada pabellón hay un anciano muriéndose de cáncer, de Sida, que solo piden morir con sus familiares y no en una sucia celda. En este indulto hay otra intención: ¿dónde están los 69 millones de soles que debe devolver? ¿Por qué Crousillat no quiere pagar los 80 millones de soles de indemnización? Los generales corruptos, los Venero, Huamán y otros corrompidos, hacen parrilladas de festejo. Ya el hijo de Ernesto Schütz tomó Panamericana y el pelado sigue en Suiza dándose la gran vida con el dinero de los peruanos. Hoy, Crousillat es 'indultado', ¿quién sigue en la larga lista de la corrupción? Al 'Chino' no lo 'indulta' porque espera que la 'Cachetona' llegue al gobierno y le abra la jaula a su 'papi'. El colmo. Apago el televisor.

sábado, 12 de diciembre de 2009

ESTUPEFACTOS

Escribe: César Hildebrandt

El evento lo organizaron la Universidad del Pacífico e Interbank y concluyó el pasado lunes.

Concurrieron todos los capitanes de empresa, los almirantes de las finanzas, los cabos sueltos del comercio y los funcionarios públicos con algo que decir en este país que administra Alan García.

La estrella indiscutida fue Michael Porter, considerado por un amplio sector de la prensa internacional como el más reconocido especialista en competitividad de las economías globalizadas.

El diario “Gestión”, por ejemplo, lo presentó así: “el gurú mundial sobre estrategia y competitividad”.

Porter, profesor fulgurante del Harvard Business School y autor de 16 libros, vino a ponerle nota al modelo Fujimori-Toledo-García.

Las llamadas “fuerzas vivas” fueron a escuchar a esta mente brillante, que ha asesorado a empresas como Dupont y Procter and Gamble y cuyo libro “The Competitive Advantage of Nations”, publicado en 1990, se convirtió en referente de todo análisis serio que se hiciera en torno a lo que puede hacer fuerte a un país en una economía sin fronteras aparentes como la actual.

¿Y qué le dijo al empresariado peruano Michael Porter?

Pues le dijo varias cosas (y acudo a la crónica que sobre esa noche memorable hiciera para “Gestión” Alfredo Prado):

La primera es que el Perú carece de una política de largo plazo en materia de competitividad.

La segunda es que la economía peruana no tiene un rumbo definido.

La tercera es que el crecimiento económico del Perú –hecho que la estadística confirma- no se ha reflejado en beneficio de la mayoría de la población.

La cuarta es que el Perú ha vivido estos años “una ilusión exportadora” porque las cifras en azul proceden del alza de las materias primas, mientras que nuestra exportación de productos con valor agregado permanece inmóvil.

La quinta es que el Perú padece de un atraso dramático en relación a la invención y la tecnología. “El Perú -apuntó- no sólo no ha avanzado en este rubro: parece haber retrocedido”.

La sexta es que la mayor parte de la inversión extranjera “no viene a crear nuevas empresas sino para comprar negocios ya existentes”. Y añadió, con espantosa exactitud, lo siguiente: “Cuando un inversionista piensa en una nueva fábrica no piensa en el Perú”.

La séptima es que, a largo plazo, las dificultades del Perú tendrán que ver con la baja productividad, la pésima educación, el deficiente sistema de salud, las debilidades en infraestructura física, la desigualdad social, la aplastante corrupción y el alto nivel de informalidad.

La octava es que los éxitos peruanos de los últimos años pueden irse al demonio sino limpiamos el sistema judicial, sino defendemos los derechos de propiedad y si no fumigamos y reordenamos la disuasiva burocracia creada para entorpecer.

¿Dijo algo más el señor Michael Porter?

Sí. Dijo también que el TLC con China tiene tal grado de asimetría que corremos el riesgo de quedarnos congelados como abastecedores de materias primas, que es como los chinos nos ven también en el futuro.

Dijo todo eso y a las pocas horas regresó a su cátedra de Administración de Negocios en Harvard.

Los empresarios peruanos quedaron estupefactos.

Esta vez la verdad no venía de un ideólogo adversario ni de un Premio Nobel que juega al caviaraje para lavar culpas. Venía de aquella lumbrera internacional que alguna vez escribió “Técnicas para analizar industrias y competidores”, un libro que ha sido 53 veces reeditado y que está traducido a 17 idiomas.

Estupefactos. Esa es la palabra. La farsa la había descubierto, sin dificultad, un especialista de los Estados Unidos.

¿Se atreverá la Caverna a refutarlo?

Por lo pronto, ha guardado un delicioso silencio.

Mercedes Aráoz, azafata de LAN Chile en sus sueños más dorados, no ha dicho una palabra. Los columnistas políglotas del borbonismo limeño se han callado en todos los idiomas que dominan.

No atinan a nada. Se están recuperando del sopapo.